lunes, septiembre 25, 2006

LA INDUSTRIA DEL ENTRETENIMIENTO...en pie de guerra



En la mayoría de las ocasiones nos cuesta asumir los cambios, al vernos envueltos por el imparable proceso de la propia inercia que los genera. En realidad, nos resisitimos a reconocer una nueva realidad buscando la reinvención de aquella placentera posición ya conocida, en la que nos en contrabamos. Aquello que los mayores describen de forma inapelable con el dicho: "Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer". Pongamoslo en duda por un momento.

Si analizamos brevemente la historia de la industria vinculada al entretenimiento, - o al menos, dos áreas clave como son el cine y la música - nos daremos cuenta que su motor está basado en una premisa en absoluto exclusiva de ese ámbito: La vocación de servicio al cliente. Algo que a día de hoy, parecen haber olvidado algunas empresas, y que ha sido pilar fundamental en el mantenimiento de las mismas.Y también, más allá del apoltronamiento basado en la bonanza del oligopolio que estas representaban en el sector. Una situación propicia para alimentar uno de las lacras que han marcado su declive durante estos últimos años: el hedonismo empresarial. No nos olvidemos, que el roce surgido con artistas y medios del espectáculo permiten convertir tanto a ejecutivos como a sus plantillas, también en "estrellas".

El mundo digital y su imparable progresión en nuestros dias, supone desde hace ya tiempo una seria amenaza para las conservadoras plataformas tradicionales de la distribución de entretenimiento. De repente, aquellos compradores cautivos por una oferta de ocio limitada, y con los que se jugaba de manera despiadada a base de precios nada ajustados a la realidad del momento tanto del formato video, como del cd...Ahora estos, forman parte ahora de esa "nación de delincuentes tecnológicos". Muchos de ellos, han sido denunciados en una conflictiva iniciativa puesta en marcha por parte de las multinacionales del sector, tras la hasta ahora esteril represión ante los ISP (proveedores de servicio de internet). Como en muy pocas ocasiones se recuerda, los actuales o potenciales consumidores son según ellos, los responsables absolutos de la perdida de hasta un 40% del mercado durante estos últimos años. Una regulación esta, que no solo choca frontalmente contra cualquier principio de las escuelas de negocios, sino ya con el sentido común.

Y es que el desconocimiento y la desconfianza de algunas cúpulas directivas hacia el ámbito tecnológico, la incertidumbre cada vez más cierta en el devenir de la regulación de los nuevos medios, dibujan un panorama ciertamente desalentador y sin dirección.

De un lado, operadores tecnológicos instalados en la soberbia de la que gozaron los proveedores de los contenidos de entretenimiento en su momento. ¿Su posición?: actuar como cuellos de botella ante la mencionada industria sino cumple con sus requisitos. Recordemos que la oferta de entretenimiento ya no es prácticamente exclusiva del cine y la música. Esta se ha abierto como nunca al creciente mundo de los juegos (868 millones de € este 2006 en España, superando a los sectores antes mencionados). Pero también las infinitas posibilidades que la tecnología ofrece en relacción con la acción d epromociones de ocio sobre figuras del deporte, de la vida pública...

De otro, empresas de visionarios creativos que ante la dificultad en conseguir acuerdos con propietarios de contenido se los inventan, alzándose sobre todos con la comercializacion de exitosas aplicaciones basadas en lo cotidiano (sin contar con el menosprecio inicial hacia este negocio tan poco "serio", por parate de operadores de red centrados en promocionar sesudas posibilidades de su red/es).

¿Qué es lo que queda a la industria entonces?. ¿Vencer la reticencia a diversificarse en otras areas que no sean la explotación de lo tangible (discos, dvds, híbridos..mechadising de artistas, participaciones en promociones de eventos...)?, ¿dejarse vencer por la evidencia del mercado y permitir ser comprados por las "tecnológicas"?.
Si, es cierto que en un solo año, el que estas multinacionales logren una clara visión de futuro es harto difícil (pero son ya varios de contemplación y espera). Por eso, es importante recordar. Recordar la historia, para aprender de ella. La que nos traslada a la creación de muchas de las compañías de mayor peso en la actualidad.

Hagamos memoria. De como en la época de aquel disco de pizarra que se comenzó a fabricar para vender como complemento de lo que era uno de los "core business" de las fábricas técnológicas del momento: los gramófonos. Y de como las emisoras de radios despidieron masivamente a los músicos que interpretaban estas en todo tipo de programas, para sustituirlos precisamente por ese complemento llamado disco que comenzaba a vender inesperadamente (¿no nos trae esto a la memoria al caso presente de I pod y Apple?). Si, aquellas empresas radiofónicas (las tecnológicas de aquel momento) que interesadas, no ya quizás, por el creciente negocio de la música, sino también por el "branding" que esto suponía cara al mercado, compraron las fábricas para impulsar el negocio tal y como lo conocemos hoy ( Ejemplos: La emisora RCA una de las divisiones de la hoy primera compañía del sector: Sony / Bmg....Las infinitas fusiones de estudios y productoras/distribuidoras de cine...).

¿Cuál es la fórmula que permitirá progresar adecuadamente sobre este nuevo escenario?. Algunas pistas están claramente en el día a día de las interesantes iniciativas que van surgiendo: 1/ Gran parte, sino todo, lo que tiene que ver con el maduro mercado del móvil: Dual Delivery, PPV en el móvil... 2/ En menor medida en este país la descarga on line: I Tunes, el futuro streaming esponsorizado por la publicidad como el Yahoo, y el también proyecto de descargas financiadas por anunciantes como de Spiralfrong...). Si a esto, unimos la necesidad de creación de una nueva conciencia y concepción sobre los productos digitales por parte de los propietarios de los contenidos, flexibilidad en cuanto a sacar partido de las posibilidades de ingresos en una economía de escala (por supuesto medida de manera distinta al mercado físico), el refuerzo que puede significar las acciones de marketing de esa venta on line y móvil a la promoción para sus marcas... ¿puede ser esto posible en un ámbito que se retroalimenta del pasado y de la reticencia a la colaboración o fusión con compañías tecnológicas de los que pueden ir de la mano en el futuro?, ¿utopía?...

Por encima de todo, resulta imprescindible buscar las fórmulas que desbloqueen la declarada guerra proveedor>comprador. La industria, necesita una regeneración de sus estructuras. Es inevitable que la tecnología haya dado a la gente de a pie, una herramienta que por primera vez, permite jugarle de tú a tú a los grupos mediáticos. Buscar el enfrentamiento frontal en nombre de la ética no parece ser la solución más razonable.
¿Acabará todo con una fusión de distintos medios pre y post digitales?.
Solo Steve Jobs y John "DVD" Lech Johansen saben.... ;-))

Tomás Diez Guerra

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que dices son verdades como puños. Enhorabuena!. (por cierto, que buenos links...)

TOMAS dijo...

Gracias. Me alegra que te guste. En breve más.